Trabajo/empleo


Declaración del Día del Trabajo

“El trabajo digno está en el centro de nuestros esfuerzos porque de él extraemos la comprensión de quiénes somos como seres humanos.” – Declaración del Día del Trabajo 2016

En su declaración anual del Día del Trabajo, el arzobispo de Miami, Thomas G. Wenski, presidente del Comité de Justicia Doméstica y Desarrollo Humano de los obispos de EE.UU., subraya la conexión entre las presiones económicas y las tensiones en la familia. Lamenta las luchas de las comunidades con elevados índices de pobreza e insta a la gente a responder con fe y acción. La declaración está disponible en inglés y español.

También hay disponibles recursos complementarios, como:


Todas las personas tienen derecho a la iniciativa económica, al trabajo productivo, a salarios y prestaciones justos, a condiciones de trabajo decentes, así como a organizarse y afiliarse a sindicatos u otras asociaciones. (USCCB, Un marco católico para la vida económica)

“En muchos casos, la pobreza es el resultado de una violación de la dignidad del trabajo humano, bien porque las oportunidades de trabajo son limitadas (a través del desempleo o el subempleo), bien ‘porque se da poco valor al trabajo y a los derechos que de él se derivan, especialmente el derecho a un salario justo y a la seguridad personal del trabajador y su familia'”.

– Papa Benedicto XVI, Caritas in Veritate, #63

“Toda teoría o acción económica y política debe proponerse proporcionar a cada habitante del planeta los medios mínimos para vivir con dignidad y libertad, con la posibilidad de mantener una familia, educar a los hijos, alabar a Dios y desarrollar el propio potencial humano. Esto es lo principal; en ausencia de tal visión, toda actividad económica carece de sentido”.

– Papa Francisco, Carta al primer ministro David Cameron con motivo de la reunión del G8 (junio de 2013).


VISTA GENERAL

Hace cincuenta años, el ochenta por ciento de los puestos de trabajo exigían un título de secundaria o menos. En la actualidad, sólo el treinta y cinco por ciento de todos los empleos entran en esa clasificación y dos tercios de ellos pagan 25.000 dólares o menos. Esto deja al titular del empleo luchando cerca del nivel de pobreza, especialmente si tiene familia. Si una persona obtiene un título universitario de dos años o completa un programa de formación técnica, su potencial de ingresos a lo largo de su vida aumenta en más de 400.000 dólares, lo que podría sacarla de la pobreza. 1 Aunque los empleos contemporáneos requieren formación técnica, hay escasez de candidatos cualificados para cubrir los puestos. En todo el condado de Orange hay disponibles varios programas de formación técnica, además de los programas de los colegios comunitarios.

1América funciona: Educación y formación para los empleos del mañana: 2013-2014, Conferencia Nacional de Gobernadores.


ORACIÓN


ACTUACIÓN


ATENCIÓN PASTORAL

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Enseñanza adicional sobre la importancia del trabajo:

La conciencia de que “la forma de este mundo pasa” (1 Co 7,31) no exonera de estar implicado en el mundo, y menos aún de trabajar (cf. 2 Ts 3,7-15),que forma parte integrante de la condición humana, aunque no sea la única finalidad de la vida. Ningún cristiano, a la luz de su pertenencia a una comunidad unida y fraterna, debe sentirse con derecho a no trabajar y a vivir a costa de los demás (cf. 2 Ts 3,6-12). Por el contrario, el Apóstol Pablo invita a todos a hacer del trabajo con sus propias manos una cuestión de honor, para “no depender de nadie” (1 Ts 4,12), y a practicar una solidaridad también material, compartiendo el fruto de su trabajo con “los necesitados” (Ef 4,28). Santiago defiende los derechos pisoteados de los trabajadores: “He aquí que claman los jornaleros que segaron vuestros campos y que vosotros retuvisteis con fraude; y los clamores de los segadores han llegado a oídos del Señor de los ejércitos” (St 5,4). Los creyentes deben emprender su trabajo al estilo de Cristo y convertirlo en una ocasión de testimonio cristiano, que inspire “el respeto de los de fuera” (1 Ts 4,12). [Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, (264)].

Los Padres de la Iglesia no consideran el trabajo como un “opus servile” -aunque la cultura de su tiempo sostenía precisamente que así era-, sino siempre como un “opus humanum”, y suelen tener en honor todas sus diversas expresiones. Mediante el trabajo, el hombre gobierna el mundo con Dios; junto con Dios es su señor y realiza cosas buenas para sí mismo y para los demás. La ociosidad es perjudicial para el ser humano, mientras que la actividad es buena para el cuerpo y el alma. Los cristianos están llamados a trabajar no sólo para procurarse el pan, sino también para acoger a sus prójimos más pobres, a quienes el Señor les ha ordenado dar de comer, beber, vestir, acoger, cuidar y acompañar [578] (cf. Mt 25,35-36). Todo trabajador, sostiene san Ambrosio, es la mano de Cristo que sigue creando y haciendo el bien. [Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, (265)].

“El trabajo es también “una obligación, es decir, un deber del hombre”. El hombre debe trabajar, tanto porque el Creador se lo ha ordenado como para responder a la necesidad de mantener y desarrollar su propia humanidad. El trabajo se presenta como una obligación moral respecto al prójimo, que en primer lugar es la propia familia, pero también la sociedad a la que se pertenece, la nación de la que se es hijo o hija, toda la familia humana de la que se es miembro. Somos herederos de la obra de generaciones y al mismo tiempo forjadores del futuro de todos los que vivirán después de nosotros”. [Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, (274)].