Rev. Sr. David Moreno

Rev. Sr. David Moreno

AÑO DE FORMACIÓN

Teología 4

PARROQUIA DE ORIGEN

Nuestra Señora de Guadalupe(La Habra)

CUMPLEAÑOS

31 de diciembre

SEMINARIO

Seminario de San Juan

FAVORITO  APARICIÓN MARIANA

Nuestra Señora de Guadalupe

GÉNERO MUSICAL FAVORITO

Pop

LIBRO FAVORITO

El historiador

ANTECEDENTES

  • Nací en Culicán, Sinaloa, México.

  • Mi cumpleaños es el 31 de diciembre de 1983.

  • Crecí en Culicán, Sinaloa, México.

  • Asistí al Colegio de Bachilleres del Estado de Sinaloa #25, al Instituto Tecnológico de Culiacán y a la Universidad Iberoamericana.

  • Los ministerios en los que participé fueron: Ministro de la Eucaristía, Ministro de la Juventud, Coordinador Litúrgico y Catequista de mi Parroquia.

¿Cuáles son algunos de los factores que te llevaron a tomar la decisión de entrar en el seminario y discernir la cuestión de la vocación al sacerdocio?

Los factores que me llevaron a decidir entrar en el seminario y discernir mi vocación fueron el ejemplo de vida de un sacerdote amigo mío, la vida espiritual de mi madre y dos preguntas que me hice a mí mismo: ¿Eres feliz? Cuál es el propósito de tu vida. Esas preguntas me dieron la perspectiva correcta de lo que buscaba en mi vida.

¿Quiénes son algunas de las personas que influyeron en su decisión de ingresar en el seminario? ¿Qué es lo que le ha ayudado de ellos?

monseñor Francisco Sarabia ha sido la persona que más ha influido en mi decisión de ingresar en el Seminario. Ha sido mi padre espiritual y mi amigo, pero más que eso, ha sido un ejemplo vivo de sacerdote santo. Su vida me hizo darme cuenta de que podía ser sacerdote y ser feliz.

Junto a él, San Josemaría Escrivá de Balaguer ha sido otro ejemplo de cómo puedo integrar todos los aspectos de mi vida y, en medio de la vida ordinaria, perseguir la santidad.

Describa el momento en que supo que quería dar los siguientes pasos para ser sacerdote.

Recordé que estaba en mi despacho. Había sido una larga mañana con mucho estrés. Cerré la puerta y le pedí a mi ayudante que no me molestara. Estaba muy cansada, así que descansé un momento. Entonces, vi el Crucifijo que solía tener en mi escritorio. Contemplé por un momento y recé para reanudar mis tareas. Pero, en ese momento de oración, una pregunta vino a mi mente: ¿Qué esperas para darme tu vida?
Seguí rezando y supe que tenía que dejar mi trabajo y entrar en el Seminario para iniciar mi proceso vocacional.